Megan Doherty carga en su mirada el reflejo romántico de la decadencia. Sus fotografías nos transmiten poesía, noches sinfín y la inevitable pesadumbre de la existencia sin sueños de futuro.
Doherty es una fotógrafa de 24 años nacida en la pequeña ciudad de Derry, Irlanda y aunque actualmente vive en Londres, su trabajo se ha desarrollado como una consecuencia inequívoca de su lugar de origen.
En su trabajo, los jóvenes habitan un presente baleado por las promesas rotas y sólo encuentran sentido a la existencia en el terreno desesperado de la evasión.
Estas fotografías son un crudo, bello y embriagador espejo en donde se refleja la contundente verdad de habitar un pueblo alejado de la gran ciudad, con historias que pueden ser un trozo de cielo y al mismo tiempo la manifestación del infierno.
Al definir su trabajo y la relación con su origen, Megan ha declarado:
“Yo agarré una cámara porque no tenía nada más que hacer. Lo que hice después fue tomar un retrato de cada parte que conforma mi vida”.