Fatih Akin es un cineasta alemán de origen turco, cuyo cine está dando mucho qué hablar estos días por su polémica película “En las Sombras”, con la cual ganó un Globo de Oro y estremeció conciencias.

Su filmografía se caracteriza por hablar desde la frontera, de vivir siempre en un territorio que no se siente propio y en donde la redención, la culpa, el racismo y los roces étnicos son heridas que sangran frente a nuestros ojos, en medio de historias humanas, con las que nos es imposible no empatizar.
“el arte siempre debe retar a la sociedad”
– Fatih Akin
Fatih Akin no habla desde un dolor pasado, ni desde la memoria. Su cine es contemporáneo, ocurre hoy y quizás por eso, es aún más estremecedor. Sus películas son el crudo reflejo del lado B de Europa, de un movimiento neoconservador que va tomando fuerzas y que se traduce en más escaños en los congresos para quienes apoyan políticas que endurecen el camino a los inmigrantes y establecen un espacio normado a la discriminación.

Conocí el cine de Akin hace años, a través de Gegen die Wand (2004) y Soul Kitchen (2009), desde un comienzo sentí ese cruce descarado y transgresor que no sólo transparentaba la realidad de los migrantes turcos viviendo en Alemania, sino que también provocaba y era políticamente incorrecto para ambas culturas (la turca y la alemana).
Hoy Europa está bajo gobiernos conservadores y su cine se hace más necesario que nunca y Akin responde desde su propia experiencia, su propio dolor, su propia ira:
“Toda mi vida he conocido el racismo, desde niño, y siempre he querido expresarlo en una película. Cuando era adolescente, unos skinhead me dieron una paliza en el metro. Pero el racismo es un tema delicado y, desde luego, no quería hacer una película correcta. Mis películas, incluyen mucha política, pero yo soy políticamente incorrecto, no quiero ser el Bono del cine. De hecho, intento ser lo más políticamente incorrecto que puedo.”
Su historia fílmica, es una historia de amor, de consecuencia, de activismo y de honestidad…y así lo demostró en su último trabajo: Aus dem Nichts -En la Sombra- 2017, con la que ganó el Globo de Oro a Mejor Película Extranjera.

Con esta última película, ha descolocado a muchos espectadores y críticos. “En la Sombra” narra la historia de una mujer alemana (Diane Kruger) que debe enfrentar la muerte de su marido turco y su hijo de 6 años en un atentado neonazi. Una historia que parte como cine político, pero que poco a poco va profundizando en el dolor y sus múltiples capas: shock, vacío, ira, soledad…finalmente, la historia se transforma en una película sobre las víctimas de terrorismo que “provoca, incomoda y no está hecha para agradar a todo el mundo” como admite el mismo Akin.
Ni Turco ni Alemán
Me gusta el cine de Akin, porque no se casa con una cultura, porque es un ciudadano en tránsito, porque no necesita sentirse parte de algo para identificarse con el dolor, con la injusticia y denunciar sin miedo lo que la mayoría calla. Porque pese a hablar de los turcos, (tierra de sus padres) no los defiende. Sólo expone la verdad de los hechos de los que es testigo. Akin es un alemán para los turcos y un turco para los alemanes y no sufre esa suerte de nostalgia eterna que sufren la mayoría de migrantes:
“Yo no lo siento así —explica— pero quizás tenga que ver con mi condición de artista. O puede que no… Alemania ha cambiado mucho en los últimos 20 años. Se ha convertido en un país de inmigración, como Canadá o Estados Unidos. Si conoces a algunos jóvenes árabes, y no hablo de refugiados sino de árabes que han nacido en Alemania, verás que se han adaptado perfectamente a la sociedad alemana. ¡Mucho mejor que los turcos, incluso! Los turcos estamos demasiado enmadrados, aunque ese no es mi caso. Conozco a gente que siente que no pertenece a ninguno de los dos sitios. Es gente que tiene miedo. Miedo a dejarse ir, a acoplarse. Erich Fromm lo llama ‘el miedo a la libertad’. Yo también tengo miedos, claro, pero el miedo a la libertad no es uno de ellos”.
Akin arriesga con su trabajo y no es fácil de asustar:
“¡Me encanta el peligro! Dice con ironía…Me han amenazado los musulmanes radicales. También me amenazaron los turcos radicales después de rodar El padre, que hablaba del genocidio armenio. Y ahora parece que he provocado a los neonazis. Bueno, supongo que si no molesto a alguien es que algo estoy haciendo mal”.
Akin seguirá escribiendo y creando historias que hablen desde una frontera que una parte de la población mundial vive a diario, la frontera de los que están fuera de su lugar de origen, la frontera que planta con orgullo y miedo el lugar de acogida…la frontera que nos divide y genera lo que hoy conocemos como el drama de la migración. De hecho, su próximo proyecto hablará sobre los guerrilleros kurdos que luchan en Siria.
En Impure les invitamos a seguir su filmografía y dejarse sorprender por la cara B de occidente, por la raíz de una cultura que marca al director y la presencia de la fe y al mismo tiempo, su ausencia.
Prepárate para ver a musulmanes, cristianos y agnósticos conviviendo en clave de cine de acción con un potente trasfondo político.
Impure